Julio del 2019
Un domingo de tarde aburrida y calurosa, intentamos pasarla de mejor la manera dando una vuelta en moto, nuestra ruta irá por la N630 dirección Asturias parando por rincones abandonados.
Parada rápida al lado de una casa de comidas hace años cerrada.
Un poco mas adelante tomamos la antigua carretera que nos lleva al pueblo de Villamanín, a un lado paramos sobre el trazado de la nueva y el ferrocarril .
En Golpejar de la Tercia tenemos a "la fabricona", unas ruinas muy visibles desde la N630. Antes de meternos con la historia de dicho lugar me pareció curioso el origen toponímico de Golpejar. Parece ser que viene de la palabra Vulpes, zorra en latín, que debía ser un animal muy abundante por la zona habiendo un topónimo cerca llamado monte las raposas.
"´La Fabricona´ fue el nombre popular que se dio al conjunto de edificaciones donde se seleccionaba y trataba el mineral de cobre y cobalto procedente de la Mina Profunda, de Cármenes, que en su explotación moderna, del siglo XX, llegaba a Golpejar a través de una línea de baldes. Estos edificios fueron bombardeados por la ´Legión Cóndor´, de guarnición en la Virgen del Camino, unos días antes que Guernica. Parece ser que se consideraba esta industria minera como estratégica y de vital importancia para la República. Los edificios no volvieron a recuperarse, y sus paredes aún se alzan, como muñones, en una descarnada denuncia de la autodestrucción humana."
Interior de La Fabricona, en Golpejar de la Tercia, 1936. Archivo Ruíz Vernacci.
Esperamos a que pase el tren y seguimos su estela hasta el siguiente destino.
Unos kilómetros mas adelante, pasando Villanueva de la Tercia, nos desviamos de la carretera general por donde iba la antigua. Dejamos la moto al lado de un antiguo edificio a la sombra de unas descuidadas acacias que acentúan la sensación de abandono del lugar.
"SE HIZO AÑO DE 1848 |
Este edificio fue una antigua casa de baños termales de principios del siglo XX y cerrado al público a comienzo de los noventa. En la parte de atrás todavía hay una pila que se surte del manantial. Ya los romanos eran aficionados a estos baños repartidos por esta zona de la cordillera, los de Caldas de Luna aún siguen en funcionamiento.
Continuamos con nuestra inspección asomándonos a las desvencijadas ventanas.
Escudo heràldico empotrado en la fachada.
Avanzamos caminando por la vieja carretera hasta unos bloques de cemento donde damos la vuelta.
Y hasta aquí este pequeño viaje por una carretera que solemos transitar a menudo camino de la vecina Asturias o como punto de paso de rutas por esta zona de montaña.
Muy instructiva!! Recuerdo cuando me dijisteis que habíais estado ahí.Llama la atención el lugar desde la carretera la verdad.Siempre paso pero nunca paro.Habrá que solucionarlo!! Gracias por compartir la ruta con todos!!
ResponderEliminarMe alegro de leer tu persona, una visita con nieblas gana mucho 😉
EliminarAbarazos
Guapa crónica 😉
ResponderEliminarGracias, a ver si en este invierno laaaaargo voy sacando material del cajón .
EliminarSaludos y castos besos.
Una entrada muy edificante aunque los edificios estén en ruinas, ya veo que el blog no. Un abrazo, uf que embarazoso, mejor un saludo.
ResponderEliminarIntentamos movernos aunque sea por debajo de nuestras posibilidades, ya tu sabes
ResponderEliminarUn abrazo y beso con lengua de ternera estofada